Tal y como os comente en mi ultimo escrito,tuvo que llegar el verdadero amor para recuperarme, pero no sin antes desencadenarse, la que sería mi peor época en la lucha contra esta enfermedad.
Cada día que pasaba, pesaba menos, llego el día en que me pasaba todo el día con un esqueleto de pollo, y una manzano, y la pena es que ya no sentía hambre,cuando comía un poco mas, terminaba vomitando, ya no me escondía, es mas me acuerdo un día en navidad, que empecé a comer polvorones con cobertura de chocolate, no se cuantos comí, pero una burrada y mientras los comía mi madre me decía que iba a vomitar y mi respuesta fue, ya sabes que si, y cuando termine me fui al cuarto de baño y vomite.
La depresión iba a mas, ya pasaban ideas de muerte por mi cabeza, cada vez que comía lloraba, cada vez que vomitaba, los remordimientos no me dejaban vivir, pero no había forma de poder evitarlo, hasta que un día vi un reportaje en un periódico sobre la anorexia y se me iluminó la bombilla, todos los síntomas que leía eran los que yo tenia,me identificaba con todos y tome la decisión de pedir ayuda medica.
Me fui al medico de cabecera le conté lo que pasaba y rápidamente me mando al hospital al dto de psiquiatria, que me derivo a una consulta que tenían para la anorexia, en la cual tenían una psiquiatra, una psicóloga, un endocrino y una dietista.
Lo que yo pensaba que iba a ser fácil, por haber dado el primer paso, fue una pesadilla, claro para mi, ya que todo el departamento de psiquiatria lo que quería era ayudarme, aunque de eso me doy cuenta ahora, por aquel entonces creía que todos estaban contra mi.
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